Un año para una resonancia en el Sespa


 
LAURA FONSECA.

Los médicos alertan de que los controles preventivos anuales para la detección de tumores están a dos años. También los escáneres pediátricos

Las demoras se disparan, sobre todo, en el Hospital Central

Las demoras asistenciales se están convirtiendo en más que un dolor de cabeza para el Servicio de Salud del Principado (Sespa). Sobre todo, en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que es el que presenta los tiempos de atención más dilatados de la sanidad pública regional. La peor parte se la llevan los pacientes, que son los que deben aguardan en algunos servicios esperas que superan el año. El área de radiodiagnóstico (eje del HUCA), junto con los servicios de Traumatología y Urología, son los que sufren mayor saturación y, por ende, donde se concentran los tiempos más elevados. En el Central, un enfermo que deba someterse a una resonancia que no lleve el sello de 'urgente' o 'preferente' debe aguardar entre diez y doce meses. Tal es la demora actual que el departamento de citaciones del complejo ya no entrega el papel con la cita y se limita a indicarle a los pacientes que ya le llamarán por teléfono, por lo que el enfermo abandona el hospital sin saber a qué demora se enfrenta.
Fuentes sanitarias han confirmado a EL COMERCIO que los usuarios que tengan pedida una prueba de este tipo en el HUCA deberán esperar hasta «noviembre y diciembre de 2014» en los casos que la patología o la sospecha clínica «no revista gravedad». El problema es que muchas de estos exámenes corresponden con una primera cita «por lo que no siempre es posible determinar si hablamos de algo banal o no», señalaron las mismas fuentes.
Los abultados retrasos están comenzando a pasar factura en la atención y en la calidad del servicio que se ofrece. Los controles anuales para la prevención de algún tipo de tumor, como ocurre con las mamografías, se están aplazando a los dos años. Lo mismo ocurre con los escáneres pediátricos, que suelen requerir la presencia de un anestesista, que de estar indicados cada doce meses ahora se hacen con una cadencia de 24 meses. En especialidades como Traumatología y Urología los tiempos de espera no están mucho mejor. La demora media para una operación ronda allí entre los 90 y los 109 días (casi cuatro meses).
Lo cierto es que los efectos de la huelga médica que vivieron los hospitales y centros de salud a finales del pasado año debido a la ampliación de jornada, aún pasa factura. El cierre en falso del conflicto, sobre todo en el Hospital Central, no ha permitido que la atención sanitaria se restablezca con total normalidad. De ahí, que los pacientes tengan que sufrir tiempos de espera tan elevados, con un año de demora para la realización de pruebas diagnósticas o de casi doce meses para una operación de prótesis de cadera, una cirugía de varices o unas cataratas, entre otras.
Sin 'peonadas'
La negativa del Servicio de Salud del Principado (Sespa) a habilitar programas especiales (las denominadas 'peonadas'), unida a la pretensión de que la actividad hasta entonces extraordinaria se realice a cuenta de la ampliación de jornada, no está dando buenos resultados. Al menos, en lo que a demoras se refiere.
En el último balance de listas de espera para pruebas diagnósticas elaborado por el Sespa, el correspondiente a septiembre, la administración sanitaria da a conocer por vez primera datos oficiales sobre la actividad que se vio paralizada durante la huelga médica de 2012. Fueron 28.500 las consultas no atendidas entre octubre y diciembre, junto a otras 9.110 pruebas diagnósticas que se tuvieron que aplazar. A fecha de hoy, es decir, un año después del conflicto, hay 9.000 pacientes en espera para consulta con el especialista por encima de los que había en septiembre de 2012, antes de la huelga convocada por el Sindicato Médico. Esto viene a confirmar que a doce meses del conflicto el contador de la actividad suspendida aún no se ha podido poner a cero.
Cierto es que el Sespa ha trabajado para reducir el volumen de pacientes cuyas operaciones y consultas fueron suspendidas. De hecho, entre enero y septiembre «además de atender la demanda ordinaria generada entre enero y septiembre, se resolvieron 20.000 consultas aplazadas a causa del conflicto sanitario», reza el informe de la Consejería de Sanidad. Actualmente, hay 16.087 personas a la espera de realizarse una prueba diagnóstica (TAC, resonancia o endoscopia), de los que el 35% acumulaba más de dos meses de espera. Otros 69.640 aguardan por una consulta y 18.555 por una operación. En total, 104.282 asturianos en lista de espera, son 13.627 más de los que había antes de la huelga médica.
Más derivaciones a la privada
Con las agendas repletas de citas, la sanidad pública está más que atascada. Una clara muestra de ello la ofrecen las consultas de traumatología, cirugía vascular o de radiodiagnóstico, donde se pueden ver cientos y cientos de órdenes de derivación a clínicas privadas para la realización de pruebas que el sistema público, en jornada ordinaria, es incapaz de asumir.
Fuentes sanitarias estiman que el Servicio de Salud del Principado ha derivado más de 3.000 pacientes a centros concertados para escáneres y resonancias que hasta septiembre de 2012 se hacían en la sanidad pública en horario de tarde, y pagando. Las mismas fuentes estiman que las derivaciones «no suponen ahorro alguno», ya que «sale más caro enviar a un enfermo para que se haga un escáner en una clínica privada que hacerlo en el propio hospital en horario vespertino, aunque tengan que pagarlo como actividad extraordinaria».